Recuperarse de una violación y un trauma sexual

by Blanca

Las consecuencias de la violación y el trauma sexual
La violencia sexual es sorprendentemente común en nuestra sociedad. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), casi 1 de cada 5 mujeres en los EE. UU. son violadas o agredidas sexualmente en algún momento de sus vidas, a menudo por alguien a quien conocen y en quien confían. En algunos países de Asia, África y Medio Oriente, esa cifra es aún mayor. Y la agresión sexual no se limita a las mujeres; muchos hombres y niños sufren violaciones y traumas sexuales cada año.

Independientemente de la edad o el sexo, el impacto de la violencia sexual va mucho más allá de las lesiones físicas. El trauma de ser violado o agredido sexualmente puede ser devastador, dejándote con miedo, avergonzado y solo o atormentado por pesadillas, flashbacks y otros recuerdos desagradables. El mundo ya no se siente como un lugar seguro. Ya no confías en los demás. Ni siquiera confías en ti mismo. Puede cuestionar su juicio, su autoestima e incluso su cordura. Puede culparse a sí mismo por lo que sucedió o creer que está “sucio” o “mercancía dañada”. Las relaciones se sienten peligrosas, la intimidad imposible. Y además de eso, como muchos sobrevivientes de violación, es posible que tengas problemas con el trastorno de estrés postraumático, la ansiedad y la depresión.

Es importante recordar que lo que está experimentando es una reacción normal al trauma. Tus sentimientos de impotencia, vergüenza, defectos y culpabilidad son síntomas, no realidad. No importa cuán difícil pueda parecer, con estos consejos y técnicas, puede aceptar lo que sucedió, recuperar su sentido de seguridad y confianza, y aprender a sanar y seguir adelante con su vida.

Mitos y realidades sobre la violación y la agresión sexual
Derribar los mitos tóxicos que culpan a las víctimas sobre la violencia sexual puede ayudarlo a comenzar el proceso de curación.

Recuperación de una violación o un trauma sexual, paso 1: Habla sobre lo que te sucedió
Puede ser extraordinariamente difícil admitir que fuiste violado o agredido sexualmente. Hay un estigma adjunto. Puede hacerte sentir sucio y débil. También puede tener miedo de cómo reaccionarán los demás. ¿Te juzgarán? ¿Te mira diferente? Parece más fácil minimizar lo que pasó o mantenerlo en secreto. Pero cuando permaneces en silencio, te niegas ayuda y refuerzas tu victimismo.

Ponte en contacto con alguien en quien confíes. Es común pensar que si no hablas de tu violación, en realidad no sucedió. Pero no puedes sanar cuando estás evitando la verdad. Y esconderse solo aumenta los sentimientos de vergüenza. Tan aterrador como es abrirse, te liberará. Sin embargo, es importante ser selectivo sobre a quién le cuentas, especialmente al principio. Su mejor apuesta es alguien que le brinde apoyo, empatía y calma. Si no tiene a alguien en quien confiar, hable con un terapeuta o llame a una línea directa de crisis por violación.

Desafía tu sensación de impotencia y aislamiento. El trauma te deja sintiéndote impotente y vulnerable. Es importante recordarse a sí mismo que tiene fortalezas y habilidades de afrontamiento que pueden ayudarlo a superar los momentos difíciles. Una de las mejores maneras de recuperar su sentido de poder es ayudar a los demás: ofrezca su tiempo como voluntario, done sangre, comuníquese con un amigo que lo necesite o haga una donación a su organización benéfica favorita.

Considere unirse a un grupo de apoyo para otros sobrevivientes de violación o abuso sexual. Los grupos de apoyo pueden ayudarlo a sentirse menos aislado y solo. También brindan información invaluable sobre cómo hacer frente a los síntomas y trabajar hacia la recuperación. Si no puede encontrar un grupo de apoyo en su área, busque un grupo en línea.

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